Cómo empezar a escribir un libro

Con esta entrada comienzo una serie de artículos sobre cómo escribir un libro a petición de algunos asistentes a los talleres literarios que imparto. Espero que os resulten útiles.

Cómo empezar a escribir un libro

Antes de nada, hay que tener claro que para redactar cualquier texto es necesario pensar. Escribir un libro conlleva posiblemente más tiempo de reflexión que de escritura. No se puede escribir lo que nos venga a la mente como si vomitáramos palabras en el papel, así solo salen monstruos de varias cabezas. Antes de empezar a escribir, tenemos que plantearnos algunos puntos fundamentales.

Lo primero que debemos preguntarnos es para qué queremos escribir un libro. No tiene sentido dedicar gran cantidad de tiempo y esfuerzo si no sabemos el motivo por el que lo hacemos.

Sea el tipo de libro que sea, en general, la respuesta a esta pregunta es “para que nos lean”. No olvidemos que la escritura se inventó por la necesidad de comunicar.

Incluso si alguna persona contestara que quiere escribir un libro para superar un reto, para no olvidar algo o por cumplir con una de las tres cosas que hay que hacer antes de morir pero que no pretende hacerlo público, aun así, la intención es que alguien, aunque sea solo la persona que lo ha escrito, pueda leerlo alguna vez.

En el caso de que el objeto de escribir un libro sea ganar dinero y vivir de eso, también en el fondo escribimos para que nos lean, pues si no tenemos nadie que lo haga, difícilmente venderemos muchos ejemplares.

Por la tanto, no podemos perder nunca de vista a nuestros lectores, hay que tenerlos todo el tiempo en la mente. De algún modo, el escritor es un sirviente de los lectores. Escribimos para ellos y nuestro deber es intentar complacerles.

Pues bien, ya sabemos que uno escribe para tener lectores, pero hay que ir más allá y preguntarse: ¿para qué queremos que nos lean?, ¿qué queremos conseguir con eso? Lo que respondas a eso marcará por completo cómo será tu futuro libro. ¿Quieres informar de algo, ayudar a que quien lo lea aprenda alguna materia, aportar una idea nueva, entretener a los lectores, emocionarlos, transmitirles tus conocimientos? ¿Tal vez cambiar el mundo? Cualquier finalidad es válida, pero es imprescindible tener al menos una antes de ponerse a escribir.

Lo segundo que debemos cuestionarnos es qué queremos transmitir con lo que escribamos. Se escribe para contar algo, es evidente, no se escribe para no decir nada. Así que resulta fundamental tener muy claro lo que queremos comunicar para poder escribir cualquier tipo de libro.

Además, tenemos que ser conscientes de que si lo que queremos contar se ha tratado ya muchas veces en otros libros y nosotros no vamos a aportar nada nuevo, será difícil que el nuestro interese a los lectores.

Por poner un caso, si quieres escribir un libro práctico sobre cómo hacer algo y ya hay muchos libros en el mercado que lo expliquen, debes pensar qué puede aportar el tuyo que los demás no contengan.

como escribir un libro

En cuanto a los libros de literatura (novela, relato, poesía…), también es necesario saber qué queremos comunicar antes de ponernos a escribir. Y lo que queremos decir no es, por ejemplo, que un rey mató a su hija o que un muerto resucitó. Eso es el vestido que pondremos a la idea que queremos transmitir para poderla contar a los lectores de una forma atractiva, pero es solo una herramienta. Lo importante es la idea.

Y cuanto más desarrollada la tengamos, más fácil nos resultará escribirla y mejores resultados obtendremos. Hay que desmenuzarla todo lo posible. Es decir, si quisiéramos hablar de las relaciones familiares, tendríamos que ir más allá y preguntarnos qué podemos decir sobre ellas. Tal vez que son complicadas. Vale, pregúntate entonces, ¿y por qué lo son?, ¿siempre son complicadas?, ¿en qué casos lo son más?, ¿hay alguna forma de que no lo sean? ¿deberían ser de otro modo? No pares de hacerte preguntas relacionadas con la idea que quieres transmitir. Ya pensarás después en el vestido que le pones.

Una vez sepas qué es lo que quieres decir, indaga sobre lo que ya se haya escrito que trate el mismo tema y piensa en el enfoque que le dan otros y en lo que aporta cada uno. Plantéate qué puede añadir tu libro.

También resulta muy útil ver películas, pinturas, fotografías… que comuniquen algo relacionado con lo mismo que quieres tratar tú.

Dedica el tiempo necesario a pensar qué vas a decir, como si tardas meses o años, pero no empieces a escribir sin tener muy claro de qué hablarás en tu libro.

escribir un libroLa tercera pregunta sobre la que debemos reflexionar es a quién queremos contárselo, es decir, ¿quién queremos que nos lea? No vale decir “todo el mundo”, porque todas las personas no tienen los mismos gustos, intereses ni capacidades. Así que debemos imaginar detalladamente a nuestros lectores: ¿dónde viven?, ¿cómo viven?, ¿cuál es su edad?, ¿qué gustos tienen?, ¿a qué hora leen?, ¿qué temas les interesan?… Seguid preguntándoos sobre ellos hasta que lleguéis casi a visualizarlos. Guardad esa imagen de vuestros lectores en la cabeza y cuando estéis escribiendo, pensad que estáis contándoselo a ellos.

Por último en esta primera fase de la escritura de un libro, la cuarta cuestión sobre la que se debe reflexionar es cómo lo cuento, es decir, la forma que le voy a dar. ¿Qué tipo de libro voy a escribir? ¿Un ensayo, un libro práctico, un libro técnico o profesional, una novela, un libro de relatos, un poemario…?

En este sentido, hay que tener en cuenta que el genero literario que se emplee no depende de un capricho del autor o del límite de sus capacidades, sino de la necesidad que implica lo que queremos de decir y a quién nos dirigimos. Según la idea que queremos transmitir, será más adecuado un género u otro. Poco sentido tendría, por ejemplo, escribir un poemario para explicar un tema técnico de derecho penal.

Os aconsejo que guardéis todas las anotaciones que hayáis hecho para poder responder a estas cuatro preguntas, sean notas en papel o en el ordenador, palabras sueltas o ideas aparentemente sin sentido. No os deshagáis de nada, porque posiblemente repasarlas después os puedan ayudar a salir de alguna encrucijada.

Cuando por fin tengamos estos puntos muy claros, podremos pasar a la fase siguiente, en la que continuaremos pensando antes de ponernos a escribir.